viernes, 8 de abril de 2011

LA VIÑA VERDEGUEA ....

La viña ya da algo de sombra ( jejeje ) y, a pesar del fuerte y cálido viento de levante, no ha sufrido demasiado daño porque los tallos son aun cortos.

Creo que le ha venido bien el riego que le di anteayer, aunque no debo pasarme con el agua porque no quiero que hagan un cuaje excelente.













Ahora tienen todos los tallos que han brotado y son demasiados, por eso conviene darles un aclareo intentando dejar sólo dos por pulgar, los más verticales y de mejor porte.






Está sería la densidad ideal de tallos para que los espolvoreos lleguen bien a todas las hojas, que el racimo esté bien ventilado y no tengamos exceso de producción.


















Fijaos que cantidad de racimos, si los dejase todos podría llegar a cortar hasta diez o doce kilos por pie y esto no es nada recomendable si lo que intentamos es elaborar un vino de calidad. Tened en cuenta que las denominaciones de origen más prestigiosas tienen limitada la producción a 3000 o 4000 kgs./ha.

Para uva de mesa es otro cantar, cuanta más mejor, sólo tenemos que echar agua y nutrientes suficientes para sacar todos los racimos, no es difícil.

Lo verdaderamente complicado es conseguir el equilibrio entre baja producción, es decir pocos racimos, racimos sueltos no apiñados, grano de uva pequeño y llegar con uva de calidad hasta la fecha de la vendimia. Para ello hay que hacer un manejo adecuado de los factores como son la densidad de vegetación, densidad de racimos y riegos apropiados, sin pasarse.

En un par de semanas se empezarán a ver los primeros racimos en flor.

Aquí vemos algunos tallos que han brotado fuera del pulgar, se les suele llamar mamones porque normalmente no llevan racimo, si lo llevan es pequeño, y sólo se dedican a crecer y consumir nutrientes de la planta.



















Esto es lo ideal para tener tallos con racimos de sobra (suelen ser dos por tallo) y después, a la hora de la poda, tener buenos uveros donde escoger para seguir con un desarrollo normal de la vid.
















Otro ejemplo de cómo me gusta dejar los tallos, aunque todavía habrá que hacer una poda en verde de nietos y hojas, después del cuaje, así como un descarte de racimos poco antes del envero.

No soy ningún técnico y hay demasiados libros y estudios como para que haga aquí una tesis pero quiero decir que una vid tiene un sistema radicular limitado que captura del subsuelo los microelementos autóctonos del terreno y con ellos además del abonado y el agua abastece a la planta de sabia bruta que tras ser elaborada en las hojas baja hasta los racimos para engordar el fruto. Cuanta mayor cantidad de uva haya, más son a repartir, es decir tocan a menos. En cuanto al agua y al abonado, no son problema, pero lo demás es lo interesante a la hora de obtener un buen vino.

Por otra parte, los aromas y sabores, en fin las cualidades organolépticas de un vino tinto provienen mayoritariamente del hollejo (pellejos), por eso es interesante que la relacción hollejo-pulpa-zumo sea favorable al hollejo y esto se consigue teniendo uvas pequeñas, cuanto más mejor.

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